viernes, 10 de junio de 2011

Primer trimestre de taller, con ellos.

En taller, por mi maldito apellido, quede con ellos. Con los chicos. De seis, soy la única mujer del grupo. Y lo peor? Es que solo nosotros tenemos taller el lunes a la mañana, y durante los recreos no veo a ninguna compañera.
Terminamos el trimestre, moldeado.
Hubieron días y días, días en los que no quería ni verlos y tenia ganas de matarlos a todos y revolearles el yeso por la cabeza, y otros días en los que tenia ganas de abrazarlos y hacerles mimos.
Por un lado, Marlon y Limachi, uno super quilombero y el otro super ex – callado, porque ahora habla mas.
Por otro, Falcoff, el único que sabia lo que me pasaba ahí adentro. Pero a veces no tanto.
Por ultimo, Fran y Gabi, los dos tarados que hacen que mis lunes empiecen bien o mal.
Sobrevivir toda la mañana se me hizo imposible las primeras clases. Me sentía mal, denigrada y sola.
Hasta que empecé a “integrarme” por así decirlo.
Las ultimas clases, cierta persona se la pasaba durmiendo arriba mio, otros jugando a las cartas, o todos desconfiando del otro en el “Desconfío”. Hablando de los que no estaban, sacándoles el cuero o jodiendo sobre eso, quejándonos de los profesores, del frio, hablando de fiestas pasadas con la típica pregunta “Y vos que hiciste el fin de semana?, otros riéndose de los partidos de los domingos y otros haciendo tarea, como el calitecno.
Aunque tengo planeado pedir el cambio de grupo, no se si quiero hacerlo, porque, a pesar de que me sienta MUY aparte, de cierta manera, siento que ese es mi lugar.
En este caso, es todo una cuestion de apellidos.

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